lunes, 17 de septiembre de 2012

PIZZA A LA LEÑA


 


¡UN DELEITE PERMITIDO!
 Aun siento el sabor en mi paladar. Cierro los ojos y veo la pizza humeante sobre la tabla de madera. Mmm, el queso derretido, las rebenadas de berenjena y las aceitunas negras que se esparcen por toda la superficie coronadas por las rebanadas de prossiuto.  Mmm, llevo el primer pedazo a mi boca  y la costa crujiente truena al morderla. ¡ Me sabe a gloria! 

El antojo vivía en mí desde hace varios meses. El olor a leña quemada  de una pizzeria cercana a mis rumbos  se esparce a mi paso cada tarde. Y ahí se avivó mi deseo por comerme una pizza a la leña.

Pero ese alimento, no forma parte de la lista de los permitidos dentro de mi actual régimen alimenticio en el que continuo para perder los kilos que aun me sobran. ¡Qué dificil ha sido en este segundo intento! Menos kilos, pero con mas esfuerzo.

 Y el libertinaje de los últimos días, hizo que el Doctos Alonso decidiera darme una comida libre. El peso estancado o ligeramente arriba a tan poco para llegar a la meta. Solo una comida a escoger en fin de semana. Se cruzaban los festejos patrios y había que tomar la mejor decisión para comer los incomible por tanto tiempo.

Pizza a la leña fue la primera opción y la que se mantuvo hasta el domingo. Después de ver el menú de la Osteria 10, hicimos la selección. Paciencia para que llegara, pues todo se prepara en el momento y ahora la leña está muy húmeda, justificó la mesera.

No importó el tiempo de espera. La pizza estaba en la mesa esperando  ser  comida. Triángulo a triangulo, servido por los comensales, se acabo. ¿Qué cuántos me comí yo? Tal vez 3 o cuatro. No importa. Me los comí sin culpa porque tenía el permiso del Doctor Alonso.

Y también me comí unas ravioles rellenos de queso y espinacas y de postre, fui por un cono de helado de yougurth con frutos rojos.  ¡ Qué rico es comer lo rico sin culpa!

Después de esa tarde de domingo ya no hay pretextos.  Regreso al régimen que me ha llevado por la vida ligera. Un dia de pura fruta  para desintoxicar el organismo y después la dieta hiperprotéica. 

No me rindo y menos después de comer una deliciosa pizza a la leña.